La casa pasiva o passivhaus es un estándar alemán de diseño y construcción de viviendas eficientes. El objetivo del concepto es conseguir que las viviendas necesiten lo menos posible de calefacción, refrigeración o agua caliente sanitaria. Las normas del passivhaus tienen en cuenta el uso mínimo de combustibles fósiles para asegurar la máxima eficiencia energética y para reducir al mínimo las emisiones de CO2. Una casa con este diseño puede tener hasta un 90% menos de consumo energético que casas con otros diseños más convencionales.
Hay una serie de elementos clave de la casa pasiva fundamentales para aprovechar todo este ahorro de energía que estas casas generan.
La construcción de una casa pasiva es como la construcción de cualquier otra casa. Sin embargo, tiene sus propios materiales y accesorios especiales que no siempre se encuentran en una casa común. Por lo tanto, se deben tener en cuenta importantes factores antes de realizar este proyecto. También existen situaciones y factores diferentes dependiendo del clima en el que se desee vivir. Estos factores incluyen: suelo impermeable, humedad del interior, techo eficiente, sistema de calefacción, etcétera, ejecutar la obra con diseño y arquitectura apropiado, obtener licencia, financiación, etc.
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Para aprovechar la radiación solar la casa debe tener orientación al sur. Sus ventanas deben ser amplias, además tienen que estar en una posición adecuada. La casa no debe tener a su alrededor plantas grandes que bloqueen la radiación del sol.
Se trata de colocar ventanas en una fachada opuesta a la otra, de esta manera el aire podrá circular sin problemas y se mantendrá el calor.
El aislamiento es una herramienta importante para reducir la demanda de energía eléctrica y el consumo de combustibles. Un buen aislamiento ayuda a conservar el calor en invierno y el frío en verano, por ende, es recomendable incrementar el aislamiento.
La inercia térmica se relaciona con la energía de un vano, donde una vez que se calienta puede almacenar una gran porción de energía durante largos periodos de tiempo. Al contrario que los materiales cerámicos, los más pesados no necesariamente son más económicos, bloques de termoarcilla, césped, hormigón, piedras naturales, tierra.
Generar energía mediante fuentes renovables aumenta de manera positiva el consumo de energía sin consecuencias negativas en la salud humana o del medio ambiente.
Las casas pasivas reducen la necesidad de calefacción y refrigeración activas, reduciendo la demanda energética global a niveles inferiores al 10%. También se han construido en lugares como Islandia con temperaturas de hasta -35°C. Los expertos afirman que es una de las formas más respetuosas con el medio ambiente para vivir.
Todo buen proyecto nace de una buena ídea, y crece en base a una buena conversación.
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